jueves, 19 de diciembre de 2013

Fortuna casual



Qué dicha saberse abandonada...
que el amor te abandone,
te abandone por su inocencia
comprendiendo su decisión de abandonarte.
Adverso sería
que el amor haya sido huido,
espantado, 
arrebatado por su serenidad. 
Cuánta fortuna casual hace falta 
para ir destino a la colosal ventura
de toparse de nuevo
con el mismo amor genuino
del encuentro primero;
hoy por segunda vez, misma temporada,
poder reencontrarse, reconocerse
y quedarse.
Cuántas órdenes de azares cuestan
¿cómo llamar a esos designios?

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