Siempre hay atardeceres
¿Lo notaste?
El cielo es un placer brillante
un momento de serenidad
una certeza que se apoya suavemente en el mar
y sin embargo,
tanto dorado me he visto ignorar.
Te encanta y no lo aprovechas,
sabes que seguirá ahí, mañana
por eso no ves lo que pesa,
lo que te enciende lo dejas pasar;
o lo dejas ir o lo dejas quedarse.
Soles, amores, seres, canciones, que se escondieron lentamente
esperándote, o en su trajín habitual sin querer recordar.
Rayos luminosos que dejaste escapar.
Todos los días tenías la oportunidad,
todos los días de tu vida en la tierra.
Sigues evitando la cercanía de lo que hace emanar tu gratitud y tu paz.
¿Acaso el ocaso te deja indiferente?
Lo efímero también deja huella, aunque ocurra en un instante
el ocaso es una ocasión especial.
Fugaz y acostumbrada belleza.
Repetir el asombrarse
y admirar.
Puesta en el cielo y el mar.
