Por primera vez desde la soledad
surge un espacio soleado
que hace crecer lo imaginado;
un primer hallazgo sin buscar
encuentro lo que faltaba, al andar.
Antes siempre quería emparentar
lo conocido como un patrón
que dibujaba en mi corazón
otoñales primaveras
y cuando dejas de lado lo que esperas
(como dejé de buscar lo de siempre)
aparece un ser mimetizado a mi lado de veras
que transita en amor por mi mente
unido a mi espiritual ocupación permanente
como alma repentina muy amante
que me espera tan familiar sin lo distante
semejante a mi sentimiento habitual.
La distante compañía, ya no es normal
cosechando certezas y maravillas se va el mal
nos rigen girasoles; como otoño primaveral.