sábado, 6 de marzo de 2010

Normal


Hubiera sido sencillo
en mi oído su voz elocuente
susurrando que no soportaba
las ganas de querer verme.
Un ademán de "¡Te espero!"
Hubiera sido suficiente,
mas ¿Qué atávica ilusión venero?
¿Quién hizo el estancado amor?
Ya se quebrantó aquel frágil sendero.
Yo quería apretar el botón,
yo quise oprimir el beso, no tuve la ocasión.
Sin lágrimas me deja esta aventura,
sin esa presencia, sola, con esta locura.
Un remolino absurdo
robó su tinte y mi disgusto.
Suelo inquieto ladrón de momentos.
El agua despierta, me ahoga de recuerdos.









Vuelve Lobo, te busco,
ya no hay unicornio,
sólo aullidos, sin sonido...