A veces demorarme en desaparecer
consiste en la silenciosa aventura
de respirar en lo alto de la nube
a esperar certezas
añoranza de aires encumbrados
sobre la silueta que deja
arriba, en un espacio ilógico
tan secreto como el color
de su perfume que no duró,
nunca dura lo que dura un olor
su esencia permanece
como instalada en una memoria actual
como presente de brillos nocturnos
compañía de mi día;
en la cúspide, en la arena,
en la lluvia y en la primavera.
Y desaparezco.