jueves, 19 de noviembre de 2009

El vestido obligado


Entre un abril y un febrero pasan dos años..
las mañanas de principiante
las lunas de aprender
el verano fue un amante
que enseñó a beber piel.

En dieciséis se aprende un arte
los peinados de almohadas
se obliga a fingir un ropaje
las mejillas son ruborizadas.

Y convencí, al parecer
"Los años sólo son ósculos..
somos tan jóvenes para saber...."
que el amanecer se siente entre muslos
¡Somos tan ingenuos para entender!...


Pero percíbanme como quieren..
viviendo todavía en el edén,
durmiendo muy abrigada
soñando como un hada..
sin conocer estrellas,
y sin conocer amanecer.