jueves, 5 de noviembre de 2009

Vida en los desechos

Sé que no lloró
pues los ojos no le iban a explotar,
sé que no se arrepintió
porque el día de sus traiciones,
ese, mi día de horrores,
mantuvo su cercanía alevosa
y el discurso ficticio.
Sé que no sufrió...
los ojos le seguían negros y mínimos,
el pelo pegado al adorno de cabeza,
y usurpando a la mujer que no se olvidó.
Sí, está presente,
de una inmunda forma,
como vida en los desechos,
pero viva, tristemente.
Cogió mis besos...
ya los he recuperado,
ya no me he recuperado.
El amor es nuevo,
antaño amor renovado.












(Confundirte donde no estás y conformarme
si ocurriera por vez tercera...
El extraño al que extrañaré no va a encontrarme
es lo que se añade a la mente una vez por desilusión.)