sábado, 11 de enero de 2014

Tangible




Navegaba ahí.
Hey, volvamos a leernos
el mar sigue azul.


Si te gustan mis labios
y lo que sea cereza
que te sepa a certeza
como duda de sabio
en vista de un cambio
en el sueño posible
cuando se oye definible
si con tu dulce voz me hablas
de esos versos que no callas
considéralo tangible.



Soñémonos un día, pensé, de la mano
en el momento de un verano
como hoy lo imaginé
sintiendo la novedad sutil de lo que no aguarda en ser
pensé en algo incierto
esperando el futuro.
El futuro era visible desde el bando de mis acuerdos
palabras mencionadas con convicción
sin que fuera real aún
todo cambiaba de color
un degradé celeste
pasando por el calipso y el cielo como ardor;
calor agitado que contenta
y que en su interior, el componente dos, contiene
compuesto de soles y satélites
entre otras ensoñaciones que se contemplan
sin ser fantasías de lo onírico
sin ir negando,
todavía, con él, navegando.
Soñémonos aunque seamos realidad.