viernes, 27 de diciembre de 2013

Mirarse en color



Cerré los párpados,
afuera la luz alumbraba,
mis pupilas seguían mirando.
Afuera la luz se apagó
pero dentro de mi mirada
todo era de un azul intenso
un color como de este planeta
cuando lo miras desde el universo.
Nunca vi algo tan nítido, 
ni tampoco en movimiento
al conservar los ojos cerrados,
siempre quedaban en negro
pero esta vez fue diferente
abiertos al oleaje azulado
y te encantará esta confesión
del tono de cielo sureño
porque es tu color de pasión,
lo que observé en el ensueño.





Manos del recuerdo




Ayer miré de reojo
las manos del recuerdo
se me hacían tibias
a medio usar
lucían arqueadas y extrañas;
extrañas de no familiar.
Con dedos mudos
en función de otras caricias
saludaban sin saludar.
El pasado dejó de rasguñarme
no hay huella que ahora desarme
el jardín floral 
que reviví al sol
ya no es un ayer que rasgue
es una esencia que se desvanece
que perdura como poema sellado
diluyéndose como voz inaudible
desconocimiento ancestral posado
en un escrito antaño, bello;
muy bien sabido,
muy bien superado.