Tan silenciosa la divinidad
finalmente
lo de la soledad sigue siendo mi emblema.
Lo que me sostiene no sostiene una llamada instantánea,
inconexa y descontenta,
no tengo el hábito de contar.
Hay cosas que he olvidado,
pero persisten en ser halladas.
Con continua atención de los detalles
lo que olvidé me sigue
como un recurso de aprendizaje
y estacionado avance de permanencia.
Mi padecer no es nada
mi todo sigue incompleto
los temores no tardan en tocar su canción
malsonante como mi baile en actos sin rescate.
