jueves, 21 de octubre de 2010

En la silla del tata


"Ahí...en la silla del tata"
la primavera vigésima
unía canciones,
conjunto de recuerdos,
la historia en el jardín;
la mano con flores
tomando té en el comedor,
cabellos de rizador,
mechas en blanco
y un sistema de amor.
Los años, al vivir,
hicieron visible
el calor de la herencia,
intacta desde el vientre, la esencia
que se descubre sin ciencia
a través del tiempo
y al despertar la conciencia
vuelvo a nacer.
Mi tata me cedió su silla
seguro llamándome "chiquilla"
imágenes por recorrer,
sentimiento de pertenecer
y crecer en abrazos amables
como Alicia; la mesa y el mantel.