sábado, 27 de marzo de 2010

Ignatius


Hay motivos para nombrarte
guardián de besos balsámicos,
espíritu lunar del amanecer,
un guerrero madrugador,
mi despertador de tarareos diurnos.
Noche para los sueños que me levantan
como si de café se tratase
te bebo y quedo
con energía y soñolienta
y el sueño es este amor.
Algo que en otra vida nos acordará...
cuando tú caballero y yo elfa
o tú músico y yo bailarina
o tú juglar y yo princesa.
Durmiente en tus brazos...
siempre.
Oníricos todos los sucesos
que dan vida a esta historia,
el cuento que narran tus ojos,
lapso poético donde río y descanso.









Barathon.