sábado, 28 de noviembre de 2009

La de D final también está


El ojo tras la lupa del miedo,
la palabra tras el velo,
la mirada tras el pelo,
minusválida ubicación actoral...
ciencia indica... algo advierte un mal..
rostros dulces, deseo carnal.
De incógnita en las mancias
pasajera fantasmal.
Pobladora de Las ansias,
una espectadora informal.
Desinformadas fantasías
boca, brazos (no mío) amoral,
amor te enfrías..
Nena doble, diría, hormonal..






Una pista es que no es de mí, es del Déjà vu, la impertinente sospecha, la otra cosa que no terminaba con D... Lo siento es inevitable la obsesión: obsequio de versos... Ya conozco esos linajes..

2 comentarios:

Gustavo Calderón dijo...

Y llega el momento en que vives lo que sabes que de alguna forma ya ha ocurrido. Es como si otro tiempo que te pertenece te vuelve a alcanzar, y te dice, vas lento, vive más rápido. Pero sólo podemos vivir a la velocidad de la vida que nos ha tocado. Este poema, desde el título, es un claro ejemplo de que lo surrealista es también parte de esta vida, de cada uno de nuestros mundos. Particularmente disfruto ese juego mental de palabras e ideas que nos hacen percibir las cosas de modos nada claros, de sentimientos complejos. Un Beso, Amiga.

emilio dijo...

Versos del pasado vividos en el presente...
Muy bello.
Un saludo.