En días como mañana
me alzo ante su ácida versión del camino
tan poco sureña es su vereda
tan gris como su libro
de contar secretos
que sigo leyendo y escribiéndole.
En días como mañana
me nace el instinto de soñar
deseando con lámparas que estará en frente
tan cerca que podré reconocerlo
y saber que se ha convertido
en lo que solía ser
y yo ser tan sonriente
como en instantes de primaveras atrás.
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