Es compatible hacer el amor y tocar puertas,
abriendo ventanas, creando futuros.
Pero no puedes hacerlo tocando cuerdas,
ni crear el amor con un color oscuro.
Sí, se pueden recrear amores
desde las visiones sin acuerdo
cuando van colmadas de recuerdos
estudiadas de azares
y arrastrando señales.
Seamos valientes,
vayámonos a los sueños,
sin sueño durmamos con suerte.
Seamos fuertes,
pensemos en futuras muertes.
Oh, invítame a tu otoño
procuro llevar naranjas
esta vez que seré lluvia
enlodando esta balanza.
Y es muy pronto para decir sí,
por la manera que tuve de enjaular,
la manía que tengo por quedarme
capturando distancias
rompiendo kilómetros.
Mas nunca seré el café,
ni el cigarrillo, ni esa agua al llover.
Nunca seré tan nueva, ni tan antigua
sólo una idea que se retiene
a falta de libros, a falta de imaginar,
al tiempo de dormir, a falta de besar.
Un ideal que no se quiere descubrir
una fantasía para apagar
con los días cotidianos,
de ausencia contados.
Soy la miel, en un sistema sanguíneo.
Soy la sangre de un sistema solar.
Un planeta en la oficina de unos oídos.
Ni plenitud, ni dolor sólo un quejido.
Soy la miel, en un sistema sanguíneo.
Soy la sangre de un sistema solar.
Un planeta en la oficina de unos oídos.
Ni plenitud, ni dolor sólo un quejido.
1 comentario:
El último verso es un perfecto final.
O_o
Increible lo que has escrito.
:)
Saludos.
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