jueves, 22 de octubre de 2009

Perfecta sería la sonrisa sabatina, seria no sería


De tanta agua quizá se marchite mi raíz
tal perfección que cambia el color de ser feliz
tal mutación me hará libre
de muecas, de tinte
de sonrisa cotidiana
tibiamente calculada
dolorosa esta nueva historia nostálgica
invenciones del lado oscuro del cerebro
cuerdas en desacuerdo
música sílvica que para alguien no es mágica
Y me iría al océano, descalza
en busca de claridad
como siempre, en busca de la verdad
nadando, en la ciudad
nadando, sin nada hallar
es que a veces ya es el final
siempre aparece cantando esa nueva compañía
que siempre es más bella y divertida
la compañía que hará falta en esos días..
Son las manos las que nos hacen cambiar
Son los ojos los que nos hicieron comenzar
Es el descubrir lo que nos hará terminar.....


1 comentario:

Gustavo Calderón dijo...

Mágico, y etéreo. Un poco de negrura acompaña este texto. Otro poco de denuncia atróz. A quién no puede gustarle Silvio? No lo entiendo, pero si a esa persona van estos versos, mal merecidos (porque arte es arte, y quien no lo ve, no lo merece). Por otro lado, la imagen de Alfonsina, caminando sobre la espuma, primero, mmm, la delicia de una planta que toca el mar, que lo invade, lo hace propio, y se abandona.... cómo quisiera decir cuidado! (ya lo dije), total, yo quisiera decirte, o te podría decir (cuantas maneras de nombrar las mismas cosas) Pero quiero que esto no sea inútil. La verdad es que me lo he creido, y lo he concebido, y me lo he bebido, todo, cada letra, como creo, saboreo y bebo este vino chileno que tengo entre mis manos.